Tekios conversó con Rincón, también presidente de la Alianza Fintech Iberoamérica, todo un pionero en el estudio del Derecho y las tecnologías.
-Llevas unos 20 años de desarrollo profesional, todos relacionados al mundo de la tecnología, a pesar de haber estudiado Derecho. Hoy suena normal ese cruce, por la industria Legaltech, pero en ese tiempo…
-Acá en Colombia me gradué hace ya unos 20-21 años. Y ciertamente comencé mi desarrollo profesional trabajando en un área del conocimiento jurídico que era inexplorada, el Derecho de la Tecnología. Porque hablar hace 20 años que uno se iba a dedicar al derecho de las TIC era algo completamente absurdo, nadie lo veía como algo posible. Pero yo igual arranqué con este tema y me vinculé posteriormente como profesor de una universidad en Colombia, la del Rosario, investigando temas de comercio electrónico y de sus desarrollos jurídicos. Posteriormente, trabajé durante ocho años en la primera entidad de certificación digital en Colombia, que emitía firmas digitales, y que se llama Certicámara. Y de ahí salté a una empresa más grande, Legis, donde fui presidente. Y hace tres años monté mi oficina dedicada a la práctica en temas de derecho y tecnología, donde he trabajado en el diseño legal de algunas soluciones, para bancos como para fintechs. Soluciones legales de crédito digital, identidad digital; en el desarrollo jurídico de algunas pasarelas de pago en Colombia.
-Y desde hace más de dos años lideras Colombia Fintech. ¿Cómo ha sido este paso?
-Estoy muy contento de estar acá. Colombia Fintech surgió hace tres años y, cuando llegué, había unos 45 o 46 asociados, y hoy en día son cerca de 240 las empresas. Es una asociación joven, pero muy dinámica, desde donde trabajo, básicamente, con el objetivo de mejorar las condiciones de la inclusión financiera del país. Y de lograr una política pública que reconozca a la industria Fintech como un escenario importante de inclusión y de digitalización de la sociedad.
–Pagos, créditos… ¿Cuáles son los segmentos más potentes dentro de Colombia Fintech?
-En Colombia los segmentos Fintech son muy diversos. Tenemos pagos digitales como primer segmento, después crédito digital, para empresas como para personas; las soluciones crowdfunding de financiamiento colaborativo, que en Colombia están hasta ahora arrancando. Están también las empresas de factoring electrónico o de sistemas electrónicos de negociación de la factura, que corresponden en Colombia al tercer segmento con mayor tamaño. Hay empresas de regtech, dedicadas, básicamente, a desarrollar la tecnología para el cumplimiento regulatorio, tanto en temas de identidad digital como de mitigación del riesgo de lavado de activos. Están las insurtech, con tecnología aplicada a los seguros; de trading y mercado de valores; las empresas basadas en blockchain y relacionadas con criptoactivos, uno de los usos que mayor fricción regulatoria tiene en la región. Y neobancos, como Nubank, que en Colombia acaba de entrar.
-Un abogado a cargo de Colombia Fintech podría haber sido estratégico. Venías desde el área legal, de haber sido pionero en el estudio de esa relación entre legalidad y desarrollos tecnológicos. ¿Tu llegada tuvo que ver con que en Colombia y, en gran parte de América Latina, hay un vacío respecto de las regulaciones adecuadas para las fintechs?
-Sí, aunque yo creo que hay vacíos, pero también desconocimiento del tema. O sea, muchas personas piensan que Fintech es, lamentablemente, como del lejano oeste, ¿no? Donde no hay nada, no hay regulación, un lugar donde hay una ausencia normativa completa. Yo no creo eso. El Fintech sí tiene regulación en nuestros países. En un país como Chile o Colombia hay normas especiales por cada uno de los segmentos. Aquí en Colombia, por ejemplo, el único segmento Fintech que se encuentra desprovisto de alguna regulación es el tema de blockchain y criptoactivos. Los demás segmentos se encuentran, hoy en día, regulados.
-Pero no tienen una ley como la mexicana.
-Así es, no tenemos una ley integral, como ocurre en México, que tiene una ley completa sobre Fintech, pero es que no es necesaria.
-¿No?
-Acá, en Colombia, hay normas especiales para pagos, créditos, para crowdfunding, el factoring electrónico. Entonces, pues sí, muy interesante tener una ley que de manera completa e integral aborde las diferentes temáticas, pero también se puede hacer a través de un modelo de tocar base de una manera mucho más enfocada y específica, como lo hace la regulación colombiana, o como lo puede hacer la regulación chilena o peruana, que son regulaciones donde, como te digo, los segmentos no se encuentran, muchas veces, desprovistos de regulación.
Sí, hay temas a los que nuestros reguladores, nuestros supervisores, le han huido un poco, como es el caso de los criptoactivos. Ese es un tema que no se encuentra regulado en Colombia y en otros lugares de la región, y que merecería la pena ser trabajado. Lo digo porque uno de los temas a los que yo le dedico la mayoría de mi tiempo es al desarrollo del tema regulatorio; a cómo mejorar las condiciones para que una política pública permita habilitar más la industria de tecnología financiera. Y, por otro lado, a que en cada uno de los segmentos la norma se convierta en habilitante y no en un restrictor.

TRABAJAR DURO
-Para algunos si no hay regulación efectiva, hay un desorden. En el caso de Chile, más del 80% de las fintechs no están registradas como instituciones financieras. Solo 17% son reguladas o supervisadas por la Comisión de Mercado Financiero. Pero pareciera que lo que pasa en Colombia es un poco excepcional.
-Bueno, yo soy de los que creen… Yo no creo que el Fintech necesite ser supervisado por las autoridades financieras, exclusivamente. Creo que eso depende directamente de si la actividad genera algún tipo de tensión con la captación. Si hay captación masiva; si se necesita algún tipo de supervisión o regulación que desarrolle licencias o autorizaciones especiales, y supervisión por parte del supervisor financiero. Y te doy una noticia, Lino: nosotros en Colombia, de las 240 empresas Fintech que hay, siete son vigiladas y supervisadas por la Superintendencia Financiera. Y eso no significa que las demás se encuentren desprovistas de supervisión. Es que el Fintech no tiene por qué ser una institución financiera con un intermediario clásico. O sea, nosotros podríamos habernos reconocido como intermediarios si hiciéramos captación del público o de dinero del público para colocarlo, pero como no hacemos eso… Muchas de las fintechs lo que hacen es, simplemente, prestar plata, y ese préstamo es con recursos propios.
En Colombia, y en la mayoría de Latinoamérica, (prestar dinero) es una actividad comercial común. Es decir, que la gente puede prestar dinero sin necesidad de tener licencia o autorización por parte del supervisor. Porque no estás generando, de manera estricta, una actividad de captación. Sí entiendo que es útil la supervisión cuando, efectivamente, hay un fenómeno de intermediación, cuando hay captación de dinero del público, pero… Hay otros supervisores, como el de Industria y Comercio o el supervisor de Sociedades, que tienen muchas más entidades bajo su egida. Por ejemplo, la Superintendencia de Industria y Comercio vigila, en Colombia, cerca de 60 empresas de crédito digital. Y, entonces, uno diría ‘wow, qué chévere que estuviera en la financiera’. No, yo no creo que deba estar en la financiera, porque tiene una tecnología de supervisión propia, de intermediarios o de empresas que hacen captación.
-No demuestra madurez, seriedad, seguridad ese tipo de vigilancias.
-No, no creo que sea una demostración de madurez del sistema Fintech que se esté o no vigilado por la Superintendencia Financiera. Creo más bien que eso depende del tipo de actividad que yo desarrolle o que yo esté desplegando.
-Una ley fintech no da, al menos, mayor notoriedad, poder al sector. ¿Voz y voto ante las autoridades?
-Sí, sin duda alguna lo importante, al final, es que al Fintech se le reconozca como un motor de inclusión financiera. Pero lo que normalmente ocurre con los reguladores o los supervisores en materia financiera es que ellos están siempre pendientes de los actores convencionales, de los establecimientos de crédito y demás. Por eso es que juegan un rol muy importante las asociaciones, al destacar de una manera positiva cómo el Fintech ayuda a la inclusión, una industria que ha comenzado a ganar reconocimiento en la política pública y en las discusiones.
-Ahí están los logros, pero ¿siempre fue así de fácil?
-No, acá en Colombia nos ha tocado muy difícil, es decir, el hecho de que hoy en día… Yo te digo, el año bisagra, donde cambió buena parte de la percepción regulatoria hacia las Fintech fue el año 2020. Pero hace unos años estábamos muy complicados, nos tocó muy duro. Tuvimos que trabajar muy de la mano con reguladores, supervisores; en la formación de este tipo de agentes públicos, para que ellos reconocieran al Fintech como un fenómeno de inclusión, que permite garantizar el acceso al crédito y a muchos servicios financieros a un segmento importante de la sociedad.
–O sea, 2020 fue el año de una cosecha inesperada.
-Sin duda. El 2020, en septiembre, salieron cinco normas. Y bueno, es como el año del reconocimiento del Fintech. Y para serte sincero, a nosotros nos pasaba, teníamos frustración. Decíamos, ‘miércoles, cómo que uno ara en el desierto’; no sentíamos que hubiera una buena retroalimentación. Pero creo que lo hemos ido logrando, sobre todo con resultados. Demostrando que acá en Colombia, en los últimos tres años, se han entregado más de 3,5 millones de créditos digitales; casi 20 millones de colombianos tienen monederos electrónicos, y si no reconoces su importancia, estás ciego. Y la labor del regulador ha sido reconocer la realidad del Fintech, entender que Fintech sí es un fenómeno de la industria. Y que no solamente la inclusión financiera se logra a través de actores tradicionales.
GENEROSO CONSEJERO
-¿Cuánto ha influido el hecho de que el gobierno tenga un Consejero de la Presidencia de Colombia para la Transformación Digital, alguien cercano al presidente incluso? ¿Esto ha ayudado al desarrollo de la industria?
-Tener a un importante articulador en el gobierno, como lo es el consejero Víctor Muñoz, a quien tú mencionas, ha sido muy importante para el país. ¿Por qué? Porque él nos ha dado, realmente, juego en discusiones de política pública. Él tiene en cuenta el ecosistema de una manera integral. Yo me he reunido con Víctor Muñoz unas cinco o seis veces para hablar de manera detallada de las necesidades de la industria, y él ha sido realmente muy generoso en su apertura, para lograr entender las diferentes necesidades. Aprecio mucho su determinación, porque no es fácil, es decir, no es fácil entrar a regular o a definir un instrumento regulatorio para todo lo que necesita un país, que ciertamente en algunos temas tiene todavía retrasos tecnológicos importantes. Por ejemplo, nuestro país es muy grande y con una geografía muy complicada. Y a veces a él le toca equilibrar las necesidades de conectividad de un país que tiene tantas complicaciones geográficas, con el tema de apropiación. Es decir, que la gente sepa para qué funciona o para qué sirve la tecnología. Esa es una tarea que, sin duda alguna, ha tomado tiempo y bueno, donde Víctor es un protagonista importante. Yo creo que tanto en el tema Fintech como en muchos otros temas, Víctor ha jugado un papel muy importante.
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