Por Mónica Martínez Montes, directora de Innovación de Vector Casa de Bolsa.
El mundo asiste con interés al florecimiento del sector fintech. América Latina es una de las regiones con el mayor crecimiento en esta industria, siendo México uno de sus protagonistas, junto a Brasil.
De acuerdo con algunos analistas, están identificadas alrededor de 1.858 fintechs nativas y que operan en Latinoamérica, de las cuales 441 son mexicanas, 14% más entre 2019-2020 y con un crecimiento promedio de 26% anual.
En los últimos años, las fintechs latinoamericanas han sido receptoras de aproximadamente US$8.000 millones en inversión, prioritariamente en los mercados brasileño y mexicano, en ese orden de volumen de inversión, dando lugar a un relevante nacimiento de unicornios. Y, desde 2017, han visto cómo sus ingresos en la región se han duplicado y la expectativa, según algunos expertos, es que puedan llegar a triplicarse en 2024.
Para lograr consolidar este crecimiento y su sostenibilidad a largo plazo, uno de los factores de éxito será la adopción de modelos de innovación abierta con las instituciones financieras. Aunque a primera vista parezcan competidores, las sinergias son potentes.
Las fintechs necesitan acceder a nuevos mercados y consolidar su crecimiento, en base a servicios y productos regulados que generen confianza, tanto en los ciudadanos como entre los inversionistas. En paralelo, las instituciones financieras necesitan acelerar su innovación y transformación digital, para poder acompañar la velocidad de los cambios, tanto tecnológicos como de las necesidades de sus clientes.
Convencidos de aquello, Vector lanzó el premio Objetivo Fintech 2021, en conjunto con su subsidiaria internacional Vector Global, para identificar y reconocer a las fintechs más innovadora en seis países: México, Estados Unidos, Colombia, Chile, Brasil, Argentina y España.
Ante la madurez que han demostrado tener estos emprendimientos, al reducir su índice de mortalidad al 4,5%, pese a la pandemia de Covid-19, esta iniciativa se puede convertir en una gran motivación para las startups de tecnología financiera que buscan una consolidación y mayor proyección en el sector, lo que sin duda contribuirá en la democratización de los servicios financieros y al impulso de la inclusión social.
La colaboración vía alianzas entre las instituciones financieras y las fintechs es un matrimonio donde todos ganan, especialmente los clientes que podrán acceder a productos y servicios diferenciados e innovadores.
Como dijo Steve Jobs, «la innovación distingue al líder del seguidor». Y este tipo de alianzas puede marcar la diferencia entre ser un seguidor o un líder, para ambos actores del sistema financiero. Una vez más, la unión hace la fuerza.
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