Un estudio da luces sobre este y otros cambios, y Mario Lara Sanz, director del Esade Center for Corporate Governance, nos ayuda a entender las nuevas dinámicas pos Covid-19.
La digitalización ha tenido un impacto relevante en el gobierno corporativo. Dicho impacto no sólo ha sido sustancial en el contenido de la agenda de los consejos, en que ocupa un espacio recurrente y cada vez más prioritario, como apuntan numerosos estudios académicos y profesionales, y ponen de manifiesto los más de cien consejeros y secretarios de consejo que han participado en el estudio publicado por el Centro de Gobierno Corporativo de Esade recientemente. La digitalización ha supuesto, además, un cambio en la forma en que se organizan los consejos, ha afectado el perfil de los nuevos consejeros que se requieren y, con la pandemia, ha transformado la manera en que se gestionan los órganos de gobierno.
La COVID-19 ha obligado las empresas a mantener activos sus órganos de gobierno sin presencialidad. Para el 90% de los participantes en el citado estudio, el nivel de digitalización de sus consejos ha aumentado con la irrupción de la pandemia. Las empresas más avanzadas han intensificado el uso de herramientas o plataformas tecnológicas de que ya disponían, que a menudo estaban infrautilizadas, mientras que, en otros casos, las han enriquecido con nuevas funcionalidades. Y, para un tercer grupo de empresas, ha sido el incentivo definitivo para decidir invertir en el desarrollo o en la adquisición de una plataforma que permitiera a sus consejeros y a secretarios continuar con la actividad del consejo sin necesidad de tener reuniones presenciales.
Además, el estudio pone de manifiesto que la barrera principal para que los órganos de administración dispongan de este tipo de herramientas o plataformas sigue siendo el factor económico. No obstante, tres de cada cuatro empresas cuyos consejeros o secretarios han participado en nuestro estudio en 2021 manifiestan que ya disponen de algún tipo de plataforma digital que apoya el funcionamiento de su consejo.
Una de las ventajas que aporta su uso, más allá de la agilidad en el acceso a la información y la seguridad y el control en el manejo de los datos sensibles de la empresa, es que contribuye a facilitar las labores de control y supervisión del consejo. Asimismo, facilita que los consejos se puedan reunir con más frecuencia (virtualmente) y que los debates sean más ordenados y ágiles, y más eficientes los procesos de toma de decisiones.
No obstante, hay un amplio consenso en que volverá a recuperarse la presencialidad de las reuniones del consejo, una vez se normalice la situación de la pandemia, como ya estamos observando que ocurre, de hecho, siempre sin dejar de lado la posibilidad de que sigan manteniéndose a distancia/online las participaciones de algunos asistentes e, incluso, reuniones de todo el consejo o de algunas comisiones. Como en otros ámbitos relativos a la empresa, la combinación de lo presencial y lo digital/online genera muchas sinergias y el ámbito de los consejos de administración no es ajeno a esta evolución de las formas de trabajo.
Quizás sea interesante detenerse un momento en las conclusiones que se extraen del estudio al proyectar en el plazo de cinco años el impacto de la digitalización en el día a día de los consejos. Uno de cada tres participantes pronostica que la documentación en papel se habrá eliminado; solo en el 20% de los casos se prevé haber incorporado en el consejo a un experto en inteligencia artificial o en transformación digital, y un porcentaje similar estima que habrá más reuniones virtuales que presenciales. Quizás donde se manifiesta mayor escepticismo es en el uso de la inteligencia artificial en los procesos de decisión del consejo, así como en el uso de la realidad virtual o aumentada para la presentación de proyectos de inversión o para su seguimiento por parte del consejo.
Que alguno de estos aspectos evolucione más rápidamente de lo esperado dependerá de la cultura digital y del cambio de mentalidad que se desarrolle en los consejos de administración. Nuestros consejos, apoyados por sus primeros ejecutivos, necesitan mejorar la sensibilización y la formación digital de los consejeros, en unos casos, o incorporar nuevos consejeros con más experiencia en los entornos de las nuevas tecnologías disruptivas que están transformando sectores y empresas, en otros. Con estas nuevas competencias, los consejos no solo estarán mejor preparados para apoyar y debatir con los ejecutivos sus proyectos y propuestas, sino que también podrán ejercer con criterio propio un mejor control y seguimiento de su labor, como corresponde al órgano de gobierno de una empresa.
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