Tekios conversó con Riley Kaminer, investigador freelance de la publicación local Refresh Miami y un observador privilegiado del efervescente momento que vive Miami, hoy pista de aterrizaje de la comunidad de emprendedores latinoamericanos, una camada dispuesta a probar suerte en The Magic City y ser tentada por los grandes capitales para iniciar la internacionalización de sus startups.
Miami, a ritmo acelerado, se ha comenzado a posicionar como una ciudad-puente que por proximidad, conectividad y vínculos culturales, conecta Norteamérica con América Latina. Prueba de ello es el crecimiento de su ecosistema de emprendimiento, que abre grandes oportunidades a los emprendedores latinoamericanos, y por donde circulan grandes capitales que buscan nuevos negocios y promover soluciones innovadoras.
El despegue de Miami no es casualidad. Su creciente éxito se debe, entre otros factores, al trabajo sostenido de los diferentes actores de la comunidad startup y a factores culturales del lifestyle local. Pero no menos importante, a sus programas de bajos impuestos que han atraído a fundadores latinoamericanos de startups, ávidos por salir de sus fronteras en busca de la internacionalización. Todos estos factores configuran el cuadro perfecto para que la ciudad comience a avanzar hacia un camino de desarrollo como el que ya alcanzaron centros mundiales de innovación como San Francisco o Nueva York.
-El ecosistema de startups de Miami es hoy uno de los de más rápido crecimiento en Estados Unidos. ¿Qué explica este impulso?
-Pienso que las razones las encontramos en variadas cosas. Primero, la pandemia cambio muchas de las prioridades, y por eso comenzamos a preguntarnos qué queríamos de la vida, es decir, cómo mejorar nuestra calidad de vida. Otros factor es el buen clima de la ciudad, o lo fácil que es poder acostumbrarse y llevarse bien con la ciudad, no importando si eres de Nueva York o vienes de Silicon Valley. Estos son elementos que hoy se valoran mucho para comenzar a pensar en una inversión a largo plazo.
Otro factor clave es la baja estructura de impuestos en el Estado de Florida y que favorece notablemente la llegada de capitales. También pienso que la ciudad de Miami, y el sur de Florida en especial, es un lugar muy diverso culturalmente donde puedes encontrar personas de distintas partes del mundo, lo que ayuda a la constante generación de ideas.
-Desde la perspectiva del negocio, ¿cómo se materializa la mayor inversión?
-Por ejemplo, tienes inversionistas de capital que se reflejan en los numerosos restaurantes lujosos que aparecen; así como también inversionistas jóvenes que están interesados en trabajar desde una ciudad donde el arte urbano y las nuevas expresiones son elementos que se traducen en los negocios en una cultura que se arriesga a nuevas inversiones, con diferentes perfiles de inversionistas, lo que ha llevado a incrementar la diversidad de las inversiones y su número.
-En cifras, ¿cómo se grafica ese caudal y la diversidad de las inversiones?
-El venture capital local y las empresas del sur de la Florida (tres condados) recaudaron más de US$4 mil millones este 2021, lo que es un excedente a favor, ya que esa cifra es aproximadamente 2/3 de todo el venture capital implementado aquí en 2018, 2019 y 2020 juntos, según cifras recolectadas por Refresh Miami.
-¿Crees que las empresas que invierten hoy en Miami lo hacen porque desean construir una relación a largo plazo con el ecosistema o solo porque estamos frente a un boom que podría ser pasajero?
-Hoy por hoy las empresas que se han asentado van asociadas más al tipo startup que a grandes inversionistas, como Keith Rabois (socio general de Founders Fund), que proviene de California (EE.UU.), es muy expresivo y ha hecho mucho ruido con sus inversiones al evidenciar porqué hay que poner dinero en compañías que comienzan en el ecosistema de Miami, que son startups que ven grandes oportunidades de crecimiento en la ciudad y en el Estado de Florida. Y si bien el crecimiento del sur de la Florida, como centro tecnológico, ha estado sucediendo desde hace un tiempo, lo que hemos visto en el último año es una rápida aceleración de esa tendencia. Aunque es difícil predecir el futuro, personalmente no espero que esta tendencia se desacelere pronto.
-Más allá del boom y las luces, dentro del ecosistema de emprendimiento de Miami, ¿qué aspectos es necesario mejorar?
-Hay que pensar qué es lo que Miami no tiene. Por ejemplo, desarrollar una universidad que tenga características como Stanford (California) o Columbia (NY), en lo que se refiere a desarrollo de tecnología. Sin embargo, es justo decir que la ciudad ha experimentado un cambio positivo aún con dicha carencia, ya que el trabajo virtual a distancia, o de múltiples países centrados en Miami, ha resultado especialmente bien y ha permitido generar este gran impulso.
El trabajo remoto ya estaba como tendencia previa a la pandemia, pero con la llegada de la crisis sanitaria se materializó una forma de trabajo nueva y dinámica de hacer negocios que ha funcionado muy bien en el ecosistema de negocios de Florida. Eso hizo que se abriera un gran apetito por trabajar en el sur de Florida.
-El ecosistema de inversión en Miami, ¿se enfoca solo en compañías tecnológicas o existen más áreas de la industria que captan interés?
-Definitivamente, el interés mayoritario está puesto sobre la tecnología, pero también habría que destacar lo relacionado con hospitalidad o la industria de hotelería, bares, cruceros, que son muy relevantes, ya que acá funcionan (Miami), así como también en la ciudad de Fort Lauderdale, las más grandes compañías de cruceros del mundo. Por ejemplo, me tocó entrevistar a la CEO de Royal Caribbean International, y ella es muy agresiva en cuanto a innovar en la tecnología detrás de sus servicios, haciendo que dicho factor sea el motor de su negocio. Entonces, existen diferentes áreas de la industria muy conscientes del boom tecnológico que se está dando en la ciudad y de cómo usarlo para obtener ventajas sobre sus competidores.
Otra industria muy importante que está usando este impulso tecnológico es la de finanzas. Por ejemplo, yo vivo en Palm Beach y ahí también tienes haciendo negocios a Steven Cohen, un inversor de grandes capitales que está aprovechando el crecimiento de las startups de tecnología; Goldman Sachs ha mudado parte de sus operaciones a esta área.
-Las compañías que hoy mayoritariamente desarrollan el ecosistema financiero y de emprendimiento de Miami, ¿son solo startups o también son empresas con grandes volúmenes de ventas?
-Es una muy buena pregunta, ya que permite explicar que es una mezcla de ambas cosas. Por ejemplo, mayormente mi foco como investigador son startups, pero también grandes compañías. Por otro lado, lo que también veo es que no son compañías que están recién empezando, tampoco antiguas, sino que son startups que están en rondas B y C, que ven que sus ingresos tienen mucho campo para crecer. Estos son negocios algo silenciosos, porque no están teniendo tanta cobertura de los medios, quizás porque sea acertado decir que la mayoría de las empresas que hoy funcionan en el ecosistema de emprendimiento financiero de Miami, y del sur de Florida, son más hacia etapas tempranas.

CLAVE: LA INTERNACIONALIZACIÓN
-Has nombrado a la pandemia como un catalizador. ¿Se podría decir que la amenaza finalmente se transformó en lo contrario y creó oportunidades para emprender?
-En los tiempos más duros de la pandemia las personas usaban la tecnología para poder comunicarse y seguir trabajando de forma virtual, entonces, podría decir que sí, que para algunas empresas de tecnología fue positiva a la hora de acelerar cambios, de entregar servicios. Hoy veo que hay muchas tech que están creando soluciones basadas en las distintas necesidades que aparecieron durante la pandemia.
Habiendo dicho eso, también creo que no podemos olvidar los negocios que han sufrido durante la pandemia, así que soy cuidadoso en afirmar que la pandemia presenta características positivas para las empresas.
-Miami tiene una historia de integración con América Latina, pero ¿cómo ha sido la conexión con empresas que han decidido integrarse a su ecosistema de emprendimiento?
-Primero hay que decir algunas cosas: En primer lugar, alrededor del 60% de los residentes en Miami han nacido fuera de los Estados Unidos, no solo en Latinoamérica, sino en muchas partes del mundo. Por otro lado, el idioma español es el segundo oficial, lo que es un factor muy importante para dicha relación.
Entonces, si eres de Latinoamérica y piensas entrar en el mercado norteamericano hace sentido que tu primera parada de inicio sea el sur de Florida. Culturalmente existe ciertos rasgos de acercamiento y entendimiento, elementos que no vas a encontrar de forma tan fácil en otras partes de los Estados Unidos. Por otro lado, existe acceso a capitales para los emprendedores latinos; incluso existía antes de este boom del que hablamos hoy, cuando todavía se financiaban empresas o proyectos porque, básicamente, ya tenías una casa acá, es decir, residencia o venías de vacaciones. Había una familiaridad para hacer negocios.
Otra cosa que destacaría es la zona horaria, ya que es un factor de desarrollo muy relevante el hecho de tener un equipo en Miami y otro con conexión directa trabajando en América Latina, ambos en sintonía con la zona horaria de Florida. Esto puede sonar insignificante, pero para muchos equipos es una ventaja crucial, pensando en cómo desarrollar el trabajo y cómo desde distintas partes del mundo pueden trabajar y obtener ventajas sobre sus competidores.
-¿Cuáles son las características obligatorias que deberían tener los emprendedores latinos para poder desarrollarse en el ecosistema de Miami?
-Más que obligatorio, creo que es de gran ayuda comprender el paisaje que forman las organizaciones que ya operan acá. Por otro lado, la ciudad tiene una comunidad muy fuerte de organizaciones de empresas que es positivo conocer al llegar a trabajar acá. Por ejemplo, hay una que es muy interesante llamada «The shrimp society», formada por un grupo de empresas que ayuda a compañías en su proceso de adaptación y que, por cierto, tiene el idioma español como segunda lengua, y se ha enfocado en empresas que vienen desde Latinoamérica.
Como las empresas que vienen desde el mundo latino están casi siempre en edades tempranas de inversión, es genial que desde el inicio puedan integrarse a comunidades ya establecidas, para establecer conexiones con otras compañías, conocer fundadores o inversores de manera más fácil.
También es muy importante al llegar ser de «mente abierta». Lo que más me gusta del ecosistema del sur de Florida es que la gente que interactúa acá tienen una actitud muy proclive a compartir recursos como conocimiento, y eso es bastante raro, no es usual. Se ve como una ventaja competitiva para el desarrollo del ecosistema, por ello, compartir esas experiencias con nuevas empresas que vengan desde América Latina es una gran oportunidad para el que llega.
-¿Cómo contribuye a este ambiente la presencia de Softbank?
-Ese es un gran impulso para las empresas de origen latino. La llegada de Softbank, que vino acompañada de un aumentó en su apuesta, a US$250 millones para 12 empresas con sede o en expansión a Miami, demuestra aún más la gran conexión que hay entre esta ciudad y el mundo de empresas que vienen desde Latinoamérica.
-¿Crees que este boom de la ciudad y su ecosistema de emprendimiento podría llevar a Miami a igualar a otros de nivel mundial como el de California? ¿Los emprendimientos latinos podrían ayudar a alcanzar esa meta?
-Sinceramente, no iría tan rápido en esa idea de competencia entre ciudades, de ganarle a ecosistemas como el San Francisco o Nueva York, porque en todas las entrevistas que he realizado y en las conversaciones que he tenido con emprendedores, en Miami, no veo que eso sea algo que les importe.
Sí es importante para ellos recaudar la mayor cantidad de dinero, pero son conscientes de que para eso ocurra, tienen que sobrepasar antes aspectos como, por ejemplo, que vivir en el sur de la Florida es muy costoso; ese es un problema para la atracción de talentos, ya que si quieres que venga lo mejor de lo mejor, necesitas un lugar donde vivan sin mayores preocupaciones.
Otro factor a mejorar es lo enfocado al transporte y la conectividad en el sur de Florida. Si piensas en un lugar como Nueva York, es muy fácil el desplazamiento o el poder llegar a cualquier parte de la ciudad en tren subterráneo. Acá la congestión de autos es muy grande con una sola gran carretera y no es tan fácil moverse alrededor de la ciudad.
-Para terminar, ¿proyectas un futuro brillante a las empresas que vengan desde América Latina?
-Soy optimista respecto del incremento de empresas que vendrán desde América Latina. Pero también soy consciente de que a veces los proyectos de empresas o startups del mundo de la tecnología se quedan también en lugares como Brasil o México. No es tan habitual que una tech chilena se quiera expandir a Estados Unidos.
Sin embargo, existen muchos beneficios para las empresas latinas al momento de llegar, por ejemplo, a un ecosistema como el de Miami. Por eso es que la clave es poder ver cómo los emprendimientos que vienen desde Latinoamérica aprovechan la potencialidad de internacionalizarse y llegar a otros mercados, como por ejemplo lo ha hecho NuBank (Brasil). Es por ello que el desafío de las startups latinas está en salir de sus fronteras y no solo llegar a Estados Unidos, sino también quizás al mercado europeo. Ahí está la clave de su sobrevivencia para el futuro.
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