Hace seis años decidió traer el programa estadounidense de la Fundación Technovation a Chile, con el propósito de impulsar el interés de niñas y adolescentes en la innovación y las nuevas tecnologías. Lo que empezó con 10 participantes, Díaz cree que este 2022 podría tocar a 10 mil interesados.
Por Josefina Martínez. La administración de empresas no es ajena al mundo de la tecnología, dice Constanza Díaz. Es más, desde la gestión de procesos administrativos hasta la gestión de sistemas de atención a clientes en términos virtuales, «son cosas que considero que un administrador básico debería manejar».
Lo dice porque ella tenía nociones de programación, gracias a su carrera profesional, aunque lo que realmente la llevó a interiorizarse mucho más en la tecnología fue la herencia emprendedora que le dejó su madre luego de que, en 2003, falleciera de cáncer.
Se trataba de «Hecho para ti», una empresa de regalos corporativos que, en medio del duelo, una amiga le recomendó que comenzara a vender los productos de forma online. Luego vino lo que ustedes imaginarán: le explicaron cómo levantar y estructurar un sitio web, y a adosar lo necesario para el e-commerce de su oferta de regalos, entre otras funciones. Así partió la aventura de Constanza Díaz hacia lo desconocido…
Paralelo a ello, Constanza comenzaba a vincularse con Girls in Tech, una organización sin fines de lucro que buscaba el empoderamiento femenino en áreas tecnológicas. Así fue cómo participó de varios programas que tenían el mismo objetivo, instancias que le sirvieron para aquilatar la brecha de género existente en el país, y sentirse incómoda de inmediato.
Cómo no si es parte de una familia con una conciencia feminista poderosa. Su abuela luchó por el voto femenino y en su casa el tema de la equidad y la igualdad de oportunidades era una presencia constante. Por si faltaba convencimiento, la hija de Constanza, una estudiante más del sistema escolar chileno, le daba a diario cuenta de la marcada desigualdad que hay entre niños y niñas en el país.
Y luego vinieron los encuentro a la medida, con otras mujeres que sufrían por el mismo prurito, uno que en el mundo de la tecnología parecía invencible. Pero había que hacer algo, no darse por vencidas. Así fue cómo nació la Fundación Technovation Girls Chile, que a la fecha trabaja con 12 colegios en 14 regiones del país.
DE NEXFLIX A CHILE
-¿Cómo fue tu primer acercamiento a Technovation?
-Me encontré con Technovation porque con mi hija de 14 años vimos un documental en Netflix que se llama «CodeGirl». Esto fue en 2016. Cuando lo terminamos de ver, Carla me dice que quiere hacer este programa y hacer una aplicación… Pero en Chile no estaba Technovation y ella insistía en que yo me hiciera cargo de algo así.
Esa experiencia fue súper potente. Cuando estaba en Girls in Tech me parecía bacán el trabajo que hacíamos para visibilizar a las mujeres en áreas tecnológicas, pero sentía que llegábamos tarde. Así que a mí lo que me gustó de Technovation es que tenía una mirada curricular estructurada y que también estaba basada en la teoría del cambio, una teoría educativa que habla de que uno debe aprender haciendo. Las niñas pasan por un currículo que dura 100 horas, que se traduce en 70 horas finalmente; bueno, dada la estructura escolar que tenemos en Chile y las falencias curriculares, hay varias cosas que tenemos que enseñar para llegar al estándar internacional.
En los créditos del documental aparecía la Fundación Technovation. Y bueno, busqué la fundación en Google y les escribí. Luego entré a LinkedIn, encontré a la CEO y le mandé un correo que era un papiro eterno que decía, básicamente, por qué Chile debía tener a Technovation. Una semana después contestaron y me indicaron que tenía que pasar por un proceso de entrevistas, para luego crear un plan.
-Cuéntame de ese plan. ¿Cómo se transformó en una Fundación?
-Mientras pensaba cómo lo iba a hacer, llamé a algunas amigas, nos juntamos y en tres meses, en octubre de 2016, ya teníamos a las primeras 10 niñas. Al año siguiente, nos empezamos a cuestionar el funcionamiento del programa. Hablamos con tres colegios y les propusimos continuar como un taller extra programático, uno o dos días a la semana. Logramos tener 150 niñas. Ese modelo nos gustó, pero nos faltaba algo, porque eran establecimientos que tenían 2.000 alumnos y nosotros solo teníamos 50. ¿Cómo muevo la aguja con 50 niñas? Esa era la pregunta.
Pero en 2018 propusimos incluirlo en la asignatura de Tecnología. Hicimos un piloto. Entre medio tuve conversaciones con el Ministerio de Educación, pero como que ellos no lo veían, probablemente ahora tampoco lo ven, y el cambio curricular iba a tomar 30 años, no valía la pena. Lo que hicimos fue una adaptación curricular del ramo de Tecnología, que significa que cumplimos con los objetivos de aprendizaje del ramo, pero con nuestra perspectiva y nuestro currículo. Ese año saltamos a 250 niñas y la Fundación Technovation Girls Chile se hizo una realidad.
-Y ese número siguió creciendo.
-En 2019, subimos la participación a 800 y tantas. Estaba a tiempo completo en la Fundación y crecimos en varios colegios. Nos empezamos a meter en la clase de Tecnología y a dejar los talleres extra programáticos. Y el año pasado nos pegamos un salto grande en colegios y llegamos a las 3 mil niñas fácil y el recién pasado a cerca de 4 mil. Este 2022 esperamos aumentar ese número porque estamos llegando a más establecimientos; acercarnos a las 10 mil.
Lo que pasa es que nosotros consideramos que no vamos a mover la brecha con un bootcamp con 100 o 200 niñas. La brecha es masiva, entonces, para mover esa brecha tienes que hacer actividades masivas e ir al sistema escolar. A veces parece que es un imposible, no te voy a decir que es fácil. Nosotros todos los años nos volvemos a replantear si está bien puesto el esfuerzo, porque es grande. Piensa solo en que los docentes de Tecnología de este país no son docentes preparados desde la universidad, son autodidactas reconvertidos laboralmente.

INSPIRACIÓN MUNDIAL
-¿En qué consiste el programa de Technovation?
-Nosotros tenemos un programa que se llama Technovation Girls, que se imparte en colegios en versión extra escolar. Este puede ser anual (100 horas), que se realiza de marzo a noviembre, o de verano, a través de un bootcamp (50 horas) realizado en distintas universidades.
El programa oficial en Estados Unidos dura 30 horas, porque ellos asumen una serie de aprendizajes que nosotros en América Latina y en otros países no tenemos. Esa niña que vive en Alemania, en Francia, en Silicon Valley, tuvo programación desde primero básico; vio modelos de negocios y temas de emprendimientos desde quinto o sexto básico. Entonces, nosotros tenemos que llenar espacios educativos que no están dentro del currículo chileno.
-¿Cómo se sustenta la fundación?
-Postulando a fondos nacionales e internacionales. Hemos postulado a Corfo, a la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt), a fondos que abren algunas empresas, a otros también internacionales como el Programa FRIDA. En resumen, a distintos fondos que están disponibles para temas que tienen que ver con educación STEM y mujeres, a nivel latinoamericano. También hemos trabajado con distintas empresas, somos bien agnósticas en ese sentido, pero más del 80% del financiamiento llega a través de una postulación a fondos abiertos y concursables.
Si bien el programa Technovation Girls Chile es gratis, mantenerlo tiene un costo. Hay una operación que se tiene que gestionar y manejar, lo que es un tema y una preocupación constante para nosotros, y como es para muchas otras fundaciones y las ONG.
-El programa fue recientemente destacado por la revista Forbes como un ejemplo inspirador a nivel mundial. ¿Lo sientes también así?
-Lo veo todos los días, con los voluntarios y las voluntarias que vienen a apoyarnos, lo veo con las niñas. El programa hace un proceso transformacional en las alumnas, definitivamente, pero también en quienes lo apoyan.
Una de las características más importantes de trabajar con niñas, en este tipo de proyectos, es que ellas no tienen los mismos temores que tenemos los adultos, entonces, crean desde la idea de que todo es posible. Y eso, en innovación y tecnología, es muy bacán. Sin embargo, si bien hay muchos avances, mientras no rompamos barreras que son parte de un paradigma mental, es muy difícil que los grandes cambios tecnológicos vengan.
La única forma en que vamos a lograr tener nuevas estructuras de innovación es metiendo más mujeres a ese mundo; y cuando haya programas que no solo busquen que las niñas y niños aprendan a programar, porque eso está fácil. Lo que necesitamos es que desarrollen el pensamiento crítico, y ahí es donde nuestro programa se diferencia de muchos programas. Tenemos que enseñarles a pensar y a cómo aplicar eso a los problemas reales que tiene la sociedad.

TOMAR EL PODER
-¿Cuáles son los principales desafíos STEM en Chile?, ¿los más urgentes?
-Lo más urgente es tener una carrera de docencia donde se le empiece a enseñar a los profesores temas de programación, pensamiento lógico y lógica general; todo eso es para ayer, porque lo que hoy tenemos, hace uno o dos años, es un par de diplomados en la materia, nada más. Si en la universidad se enseña docencia en matemática o en lenguaje, deberíamos tener una docencia en programación o pensamiento computacional.
Sin profesores nada de lo que hagamos va a funcionar; nosotros no deberíamos existir, esto es algo que debería estar cubierto por el Estado, por los currículos estatales. No es que nos pague el Estado, porque no es de mi interés, pero sí el Estado tiene que hacerse cargo de que ya vivimos en el siglo XXI y que los alumnos requieren de una estructura y una forma distinta de aprender, una fórmula que creo que la pandemia trajo a colación fuertemente.
-La participación de mujeres en el mundo de la tecnología llega sólo al 5%. ¿Cómo aumentamos la cifra?, ¿de quién depende?
-Cada vez la gente está más consciente de que existe esta brecha, que es real. Para empezar, hay que ir a a la edad temprana, la literatura lo dice; equidad temprana e intervenir desde la edad escolar para impulsar el interés. Pero eso es algo que no se debe hacer solo en el mundo escolar, sino también en la casa.
De hecho, la semana pasada tuvimos los resultados de un estudio que hicimos el 2021 para medir impacto y uno de los puntos que nos sorprendió fue que el 75% de las niñas que habían declarado que alguien cercano las había incentivado a la tecnología, declararon posteriormente que su gusto por la tecnología había aumentado exponencialmente con el programa. En cambio, las niñas que no tenían apoyo sus números son muy modestos. Eso te muestra que la casa tiene un peso no relativo, sino concreto.
Y también tiene que haber políticas públicas de parte del Estado. Si bien es resorte muchas veces de las instituciones y universidades desarrollar carreras nuevas, creo que debería haber una política pública que impulsar aquello. Y a la vez, sumar a las empresas, las industrias, porque la brecha también se acorta cuando tienes acciones afirmativas que empujan a las mujeres, como pueden ser las cuotas, los sueldos no diferenciados, las mentorías. La industria tiene que empezar a tener acciones afirmativas mucho más concretas y diversas para que tengamos un cambio cultural.
-Entonces, ¿el gobierno chileno está atrasado?
-Sí, se pueden hacer muchas más cosas, más allá de los gabinetes paritarios, más allá de que exista una ley para que las mujeres y hombres ganen lo mismo.
Por suerte, creo que efectivamente los gobiernos se han ido poniendo a tono con los tiempos. En uno de los gobiernos de Bachelet se habló mucho de paridad en el gobierno digital, entonces, ese tipo de acciones apunta a que todos entendamos que los espacios no son exclusivamente de hombres. Pero eso tiene que ver con intencionar las cosas. El poder no es algo que se da, es algo que se toma, y la realidad es que para que las cosas pasen, las mujeres debemos tomarnos los espacios de poder. Las que ya estamos acá y tenemos cierto nivel de influencia, debemos empezar a ir más allá y abrirle espacio a las que están llegando.
-¿Han tenido o tendrán acercamientos con el nuevo gobierno de Gabriel Boric, teniendo en cuenta que es un gobierno que se define como feminista?
-Como Fundación hemos tratado de ser siempre neutrales en cuanto a color político. Sin embargo, hemos participado en múltiples mesas de trabajo en temas de políticas públicas y hemos visto que existen intenciones desde el Estado de desarrollar políticas claras que ayuden a eliminar la brecha de género no sólo en tecnología, si no en todas las materias pertinentes para lograr una mejor equidad de género.
Nuestro objetivo principal son las niñas y su educación a edad temprana en STEM; este en un tema fundamental para los próximos años, el pensamiento computacional como tal y la programación, por lo que nos urge aportar en este cambio cultural desde nuestros programas. Queremos que las niñas sientan que este es un espacio en el cual todas son bienvenidas, sin importar cuál sea su origen político, religioso, socioeconómico, territorial e incluso sexual. Si eventualmente el nuevo gobierno nos llamara a colaborar, sin duda ahí vamos a estar.
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