Por Alan Farcas Guendelman, director de Fundación Chile.
El avance de las empresas con propósito es espectacular en los últimos años. En la ola de los centenares de nuevos unicornios en la industria de venture capital, los unicornios sociales están en la cresta de ola, con una explosión impresionante.
La ola la alimenta el 85% de los nuevos consumidores que prefieren productos y servicios con impacto y el 75% están dispuestos a pagar más. En su racional de decisión de compra incluyen elementos de impacto social y ambiental, y el 90% está dispuesto a cambiar de marca con esta lógica.
El 90% de los colaboradores de las empresas están dispuestos a sacrificar parte de sus ingresos o beneficios por ser parte de un emprendimiento con épica y casi el 70% no trabajaría en empresas sin propósito.
Y muchos inversores están optando por empresas con sentido porque hacen bien al mundo, esperando que se llegue a US$2,5 trillones de inversión en impacto.
Esta combinación de tendencias, en los consumidores, los talentos y los inversores, hace que invertir en impacto sea un gran negocio.

Chile ha estado invirtiendo en política de innovación y emprendimiento desde los 90 y los frutos están a la vista. La política pública, el empuje de la academia y el esfuerzo de los privados está demostrando que desde Chile sí se puede crear y desarrollar emprendimientos de clase mundial.
De los unicornios chilenos, destacan los de impacto. NotCo y Betterfly son los primeros casos de éxito de compañías que son excelentes negocios y hacen el bien; o mejor dicho: son buenos negocios porque hacen el bien. Detrás de ellos empiezan a constituirse redes de apoyo, como el caso de Impacta VC, el primer fondo Latinoamericano de impacto para compañías tech en etapas tempranas, ya con 7 inversiones de este tipo.
Los nuevos desafíos de Chile y del resto del continente en materia social y ambiental son evidentes. Por eso es que los incentivos deben ser fuertes para que se creen y fortalezcan nuevas empresas con propósito, las que puedan llegar a ser unicornios.
Un ejemplo: la Corfo y el nuevo Banco de Fomento deberían crear un modelo de financiamiento automático por hasta un 20% de las rondas de inversión lideradas por fondos validados, de toda empresa que haya sido apoyada por la Corfo y que tenga una fuerte propósito social o ambiental. Endeavor ya validó este modelo a nivel global con un gran éxito. Esta herramienta podría acelerar el crecimiento de los emprendimientos con impacto, acrecentando y adelantando sus impactos positivos.
Descubre más desde TEKIOS
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.