11/09/2022
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Andrés Archila, COO de Melonn: «A veces quisiera que el sector público funcionara un poco más a la velocidad de una startup»

La compañía de logística y fulfillment colombiana para el comercio electrónico, cofundada por Archila, consiguió recientemente US$ 20 millones en una serie A, financiación con la cual buscará consolidar sus operaciones en México, donde persigue el objetivo de convertirse en "la mitad faltante de Shopify".

La compañía de logística y fulfillment colombiana para el comercio electrónico, cofundada por Archila, consiguió recientemente US$ 20 millones en una serie A, financiación con la cual buscará consolidar sus operaciones en México, donde persigue el objetivo de convertirse en «la mitad faltante de Shopify».

Melonn en «sindarín» o lengua élfica, la lengua artificial creada por el escritor y filólogo británico J. R. R. Tolkien, quiere decir amigo. La palabra es la respuesta a un acertijo con la que los personajes del Señor de los Anillos lograron atravesar las Puertas de Moria, una mina que en algún momento producía grandes riquezas, símbolo del poderío de la Tierra Media, según el imaginario del autor.

La referencia calzaba con el objetivo que buscaba la compañía fundada en 2020 por cinco colombianos que se conocieron en su mayoría en la adolescencia, gracias a su excelencia académica.

La startup Melonn pretende ser una solución para los «sellers» (pymes en su mayoría), ante los obstáculos de la economía tradicional para lograr su inclusión a través del comercio electrónico. «Somos los amigos del e-commerce. El amigo que es transparente, ligero, rápido, servicial», sentencian en la startup.

Conversamos en la Ciudad de México con Andrés Archila, uno de los fundadores de Melonn, sobre su paso por el sector público y luego por el privado, en empresas como Rappi, la que abandonó al sentir incompatibilidad con sus valores; y finalmente de la creación y consolidación de Melonn, una de las primeras compañías de fullfilment y logística en Colombia, y de su reciente llegada a México, países donde, en conjunto, manejan más de 80.000 operaciones al mes.  

Fuiste profesor de física, de colegio. ¿Qué te dejó esa experiencia para tu presente emprendedor?

-Cuando yo iba a hacer los papeles para mi maestría vi la oportunidad de trabajar como profesor de física. Tenía la espinita de no haber tenido las clases que me hubiera gustado tener, que me explicaran las cosas como Carl Sagan o Isaac Asimov; que cuentan la historia y las implicaciones sociales al tiempo que estás aprendiendo de física y de ciencia.

Fue de las de las mejores escuelas que pude tener, sobre todo al enseñar a adolescentes brillantes difíciles de enganchar.

Años después, como subsecretario de Movilidad de Bogotá, me tocó pararme frente a los miembros del Concejo de la ciudad echándome groserías. Me tocaba defender los temas de la cartera y encontré que era más fácil eso que dar clases a adolescentes. Enseñar ayuda a desarrollar la capacidad de hablar en público, de tener inteligencia emocional, desarrollar toda la creatividad para contar un tema de una manera que sea interesante. Probablemente, en el futuro, termine siendo profesor de colegio.

Imagino que ese interés en la física también influyó en tu posterior interés en la logística.

-Yo siempre he sido un hombre de números. Y claro, la física; el movimiento de cualquier cosa se rige por las leyes del universo. Y si uno es bueno manejando flujos, manejando tiempos, le va muy bien en todos los temas de logística y demás.

La logística es muy real. Te deja hacer experimentos reales en vivo y entrega resultados en niveles de cumplimiento, en costos, en desempeño financiero. No hay que esperar tanto a veces como en la economía que dicen «imprima billetes y miremos el efecto de la inflación en X meses». Son cosas reales, muy controladas y muy evidentes. Para bien o para mal.

DE LA FÍSICA A MELONN

Después de tu paso por el sector público vas por Rappi. ¿Cómo fue ese cambio?

-Me ha dado mucho gusto haber podido estar en todas las esquinas del cuadrilátero. He podido estar en el sector público, en el emprendimiento, en la academia, en la investigación. Esa experiencia le permite a uno pararse en los zapatos del otro habiendo estado en esos zapatos.

Yo era muy apasionado por sector público, porque el impacto que uno puede hacer desde el sector público es infinito por el nivel de la toma de decisiones. Pero terminé en el sector del emprendimiento por puro accidente laboral. Mi hijo mayor había nacido y yo apenas tenía 30 años. Era ordenador del gasto de una entidad pública muy complicada y en un país como Colombia, donde realmente yo siento que no hay seguridad jurídica para las personas jóvenes. Y fue a raíz de eso que pasé a Rappi. Esta despegaba fuerte y me pidieron que ayudara a hacer el algoritmo de asignación de pedidos. Entonces, desempolvé mis diapositivas de MIT y fue fabuloso, porque era tener un trabajo en Silicon Valley, pero en Bogotá.

¿Y por qué saliste tan rápido? En menos de un año.

-No era un lugar culturalmente compatible conmigo, con mis valores, y sobre todo, no era en ese momento -no sé cómo será ahora- un lugar para padres de familia. Fue una experiencia muy interesante, pero cuando los valores de uno no están completamente alineados con los valores de la compañía, es mejor partir.

Saliste para crear Mutek.

-Mutek y Melonn son prácticamente lo mismo. Yo me reencontré con Alejandro Celis, que es uno de nuestros socios de Melonn. Él es paisa (de Medellín) así como los otros socios. Éramos amigos por nerdos, porque íbamos a las olimpiadas de física cuando éramos adolescentes. Me reconecte con Alejo, después de Rappi, cuando él ya había tenido un e-commerce, uno de los primeros de Colombia, que se llamaba Estuyo.

Le fue muy bien al principio, pero después, cuando el dólar subió mucho, quebró. Le quedó el know how de la tecnología y del e-commerce, y ahí llegué con el know how de la tecnología y de la logística. Fue una sinergia inmediata, y como nacimos remoto, eso me permitió mantener la calidad de vida con mi hijo. Creamos un equipo de tecnología muy bueno.

Otro de los fundadores de Melonn también lo conocía desde antes, Felipe Jaramillo, porque ambos nos ganamos la beca de Ecopetrol del mejor Icfes (examen de estado en Colombia). Nerdos pero organizados; ya en los 30 empezamos a hacer proyectos muy serios. Entre esos hicimos un proyecto muy importante para el grupo Éxito (lider de retail en Colombia): rehacer la tecnología y un poco de las operaciones para hacer el despacho de los mercados. Terminamos manejando como 600 tiendas y 90.000 items diarios. Cuando terminamos de hacer el proyecto estalló la pandemia. Fue la prueba de fuego y todo creció y también nuestro nivel de incertidumbre. Fue ahí cuando nosotros nos dimos cuenta de lo mucho que habíamos hecho.

-¿Esa es la transición de Mutek a Melonn?

-Sí. Teníamos un equipo de trabajo consolidado, nos caíamos bien, confiábamos en las habilidades del otro. Y fue en ese momento que llegó otro de los socios de Melonn que se llama Andrés Gómez, que acababa de hacer su MBA en Harvard y quería hacer emprendimiento. Nos vio, nos dijo ‘aquí hay algo muy bacano, tienen el equipo, tiene la cultura, tienen el know how, tienen todo’. Y nos dijo que debíamos salir a buscar inversión, pero todavía no sabíamos para qué, porque hacíamos software a la medida para las compañías, lo que es extremadamente complicado.

En el verano de 2020 nos dimos cuenta de que había una oportunidad tremenda. En el e-commerce hay un dolor de cabeza y es no tener una logística buena; como logística buena se entiende cumplir con la expectativa de los clientes: que le llegue el mismo día, el siguiente día o que dé la opción de pagos contra entregam etcetera. Es poder ofrecerles a los clientes esa diversidad de métodos de envío. Sabíamos que cumplir pedidos el mismo día o el siguiente día es tremendamente caro y complicado, porque hay que tener bodegas diferentes o micro bodegas, o una gama de transportadores tremendos. Pero nosotros sabíamos que éramos capaces de hacerlo, porque ya lo habíamos hecho. Sabíamos que podíamos optimizar, obtener reducción de costos con los algoritmos, con la tecnología. Sabíamos que podíamos hacer la infraestructura tecnológica para que eso no se cayera, y ofrecer esa solución a todos los canales de venta.

Empezamos con un primer seller en Colombia, en Bogotá, el 9 octubre del 2020. Nos fue bien y empezamos a buscar inversión, ángeles inversionistas y tuvimos la buena fortuna de conseguir una inversión de unos fondos extranjeros muy importantes. NFX fue el primero que confió en nosotros con un ticket grande. Después entraron otros.

No pasó mucho para que llegaran a la serie A, de US$20 millones.

-Hicimos la primera ronda a finales del 2020. Luego hicimos otra en julio de 2021 y a finales del año pasado fue que empezamos las conversaciones de la serie A y la cerramos en US$20 millones. Hemos levantado en total US$24 millones.

¿Y qué tal fue el arranque?

-El primer mes, mayo, hicimos 200 pedidos y yo sentía que me iba a morir, y en los últimos meses en cerca de 80.000 pedidos mensuales.

Tenemos presencia en Colombia y México. En México estamos en Ciudad de México, Monterrey, Guadalajara, con bodegas donde distribuimos a todo el país. En Colombia, en Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, desde donde distribuimos a todo el país.

¿Eficientar la logística es el éxito de Melonn?

-Sí, la logística no es impecable, no vas a poder vender y vas a perder clientes, pero si es impecable eso es apenas la mitad del trabajo; la otra se tiene que hacer mucho, por ejemplo, del tema del marketing, aparte de resolver el tema del fulfillment, resolver los temas conexos para hacer realidad los sueños de nuestros sellers en el e-commerce.

Esos sellers en su mayoría son pequeñas y medianas empresas. ¿Enfocarse en ese sector fue una decisión?

-No es nuestro único target, sino que nuestra solución le sirve a todos. Mientras que las otras soluciones solo le sirven a veces a los grandes, nosotros le podemos servir a cualquiera. Desde el más pequeño hasta el más grande.

Dicen en su página que son la mitad faltante de Shopify. ¿Qué quieren decir con eso?

-Si tú rebobinas el mundo hace 10 o 15 años, si alguien quería montar un e-commerce contrataba algún desarrollador de páginas web y esperaba tres meses. Hoy en día vas a Shopify o Wix, presionas clic derecho, generar página web, y listo. Un servicio que llaman overnight. Algo que era antes tan complejo de hacer y tan caro, hoy en día es muy sencillo. Entonces, nos dimos cuenta que faltaba toda la parte de la logística, y esa es la parte que le falta andar a los Shopify y demás, y eso es justamente Melonn. Que overnight podamos dar ese servicio de fullfilment con los estándares de cumplimiento como los de Amazon y demás. Esa fue la visión y hacia allá vamos evolucionando.

CRECER AFUERA

¿Cómo ha sido la respuesta en México a partir de lo que ya se había hecho en Colombia?

-Es distinta la composición del e-commerce en Colombia y México. En México dominan mucho más algunos marketplaces. Walmart, MercadoLibre y Amazon dominan el mercado.

La oferta de transporte y de logística de Colombia y de México es muy diferente. El nivel de servicio de los transportadores en Colombia es más confiable que en México, pero la infraestructura de México es bastante mejor que la de Colombia. El tema legislativo es distinto desde lo tributario, por ejemplo, en el transporte en México.

Nos ha tocado adaptar el pitch comercial para esas realidades, pero no es que hayamos tenido que hacer cambios con el producto de fullfillment. Los principios básicos son los mismos.

-¿Sigue la internacionalización?

-Por ahora México y Colombia. Esa es nuestra prioridad. Y algo muy importante es el desarrollo del producto en las otras aristas que necesita el e-commerce para que los sellers sean exitosos. Preferimos profundizar en temas de pauta, de marketing o seller growth; o hacer productos adicionales que irnos a otros países.

El marketing es muy importante porque es el pilar en el que se sustenta el comercio electrónico, la confianza. Hace 5 años casi nadie hacía en Latinoamérica hacía compras en línea precisamente por la confianza.

-Volverías al sector público por alguna razón ?

-Sí, seguro. Cuando se hacen las cosas bien en el sector público, y es mucho más difícil hacerlas bien que en el sector privado, el impacto es enorme. A veces quisiera que el sector público funcionara un poco más a la velocidad de una startup.

¿Se han convertido en los amigos de los seller como planeaban en su origen?

-Los primeros 200 sellers que conseguimos fue prácticamente por el voz a voz. Y eso ha sido algo muy grato, porque a partir de ellos y de sus experiencias exitosas hemos crecido.

Después de esa experiencia en Rappi, ¿Melonn sí es una empresa que se ajusta a tus valores?

-Sí, claro, totalmente. Como persona y padre, ahora que tengo dos hijos. De las mejores cosas que tiene Melonn es la diversidad de la gente donde uno ve que no todos tienen que ser iguales ni tener la misma formación y el mismo nivel de excelencia, sino seres multidimensionales que somos.

De las cosas que más orgulloso me hace sentir Melonn es cuando veo gente de todos los colores, olores, sabores, formaciones, maneras de pensar, orientaciones políticas.


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Cofundador de Tekios, es ingeniero industrial y periodista. Tras una larga experiencia en México y en Colombia en los sectores financiero, manufacturero e inmobiliario, hace más de una década publica en diferentes medios de América Latina: Milenio, El Universal, Expansión, Chilango, Animal Político (México); CNN y Esquire (Latam); Clarín (Argentina); Semana, Cromos (Colombia). Fue corresponsal de AméricaEconomía en México. Su continua búsqueda de historias originales y trascendentes dentro del periodismo de economía y negocios, lo llevaron al encuentro con las tecnologías disruptivas y su gran poder transformador para la región.