Por María Victoria Valencia, fundadora del Congreso Hispanoamericano de Negocios.
El sector de las finanzas tecnológicas está creciendo a una velocidad vertiginosa en Latinoamérica, empresas que frecen soluciones tecnológicas para mejorar y automatizar la entrega y el uso de servicios financieros.
Las fintech están en pleno desarrollo y permanente evolución, y ofrecen excelentes espacios de crecimiento laboral y profesional para muchas mujeres emprendedoras. De hecho, podría convertirse en un sector con mirada de futuro ideal para cerrar la brecha de género, aunque la balanza aún se encuentre claramente desequilibrada.
Las mujeres ganan terreno en el mundo de las finanzas, pero existen notorias diferencias entre la cantidad de hombres y mujeres que ocupan puestos de poder y toman las decisiones en las empresas. Tanto es así que en algunos ámbitos todavía genera cierta sorpresa escuchar hablar de mujeres CEO.
Aunque el panorama es auspicioso, en las fintech de la región falta recorrer un largo camino para equilibrar la participación y la influencia de las mujeres. Actualmente, apenas el 35% de las empresas del mundo de las finanzas tecnológicas incluyen a mujeres en sus equipos de trabajo, pero solo el 21% de los cargos ejecutivos son ocupados por mujeres.
Fruto de esta desigualdad, solo el 10% de las mujeres emprendedoras realiza proyectos tecnológicos o vinculados al desarrollo del software, mientras que solo el 6% de las aplicaciones más utilizadas fueron creadas por mujeres.
A su vez, el problema se advierte en la formación: en las universidades de Latinoamérica menos del 16% de las mujeres inscriptas eligen carreras vinculadas a la programación. La educación es clave para revertir este escenario y dar un paso hacia un futuro más igualitario.
Sin embargo, varios estudios e investigaciones, como uno realizado por McKinsey & Company, han demostrado que los equipos ejecutivos con presencia femenina tienen mayores probabilidades de incrementar su rentabilidad y acelerar su crecimiento.
Los estudios ponderan lo que muchas hace tiempo tenemos bien claro: el enorme potencial de las mujeres emprendedoras de Latinoamérica viene a cambiar las cosas y a equilibrar la balanza también en el sector de las finanzas tecnológicas y las plataformas de compra y venta de activos digitales.
El mundo está dando un giro trascendental en este sentido y el rol de la mujer en las finanzas se está resignificando en muchos aspectos.
Es así como el joven, ágil y dinámico ecosistema de las fintech tiene a muchas de sus empresas más exitosas lideradas por jóvenes de entre 20 y 35 años que ya no comparten la mirada de las compañías conducidas únicamente por hombres y apuestan sin prejuicios a la diversidad y a quebrar las diferencias de género en busca del bien común y de la integración.
Las finanzas tecnológicas están hoy en condiciones de transformarse en el espacio propicio para cerrar la histórica brecha de género y abrir paso a un nuevo mundo, con mayor igualdad y diversidad en los equipos de trabajo y cargos ejecutivos.
Las fintech tienen hoy la oportunidad de consolidarse como un ámbito de innovación tecnológica que integre la equiparación de derechos, donde lo que se imponga para trabajar y ocupar espacios de liderazgo no sea el género sino las ideas, la capacidad de emprender, el esfuerzo y el potencial, aspectos en los que las mujeres emprendedoras del mundo moderno tenemos mucho para aportar sin sentirnos menos que nadie.
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