La apuesta de la startup en territorio mexicano no era fácil: tener los mismos precios que los supermercados y la posibilidad de realizar entregas en menos de 15 minutos; con 25 almacenes y presencia en la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey.
El lunes pasado el unicornio brasileño JOKR/Daki, que opera en América Latina bajo la marca Daki, levantó US$50 millones de recaudación en una ronda de inversión serie C. Con este aporte, su valoración subía a alrededor de US$1.300 millones.
La recaudación llegaba en un buen momento para la startup unicornio: «Tuvimos excelentes resultados recientemente, creciendo 5 veces al comparar el año 2022 con el 2021», decía el presidente ejecutivo de Daki, Rafael Vasto. Hoy, cuesta entender por qué, con la billetera llena, debe cerrar la operación de la startup en México, el tercer país latinoamericano del que sale la compañía.
En su LinkedIn, el director general de la empresa para la región, Germán Peralta, afirmó que la mayor parte de su equipo en México se fue el pasado viernes (3), aunque algunos se quedarán unos días más. «Esta semana anunciamos que JOKR dejará de operar en México. Estamos en conversaciones con socios estratégicos para continuar con nuestro objetivo de mejorar la experiencia de los supermercados digitales en México», escribió.
La apuesta de la startup en territorio mexicano fue tener los mismos precios que las tradicionales cadenas de supermercados que operan en ese país, además de la posibilidad de realizar entregas en menos de 15 minutos; con 25 almacenes y presencia en la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey. El problema es que la app buscaba conquistar un nicho en un mercado competitivo con minoristas tradicionales como Walmart, Chedraui, Soriana, La Comer, que desde la pandemia han estado mirando el comercio electrónico, a través de sus propias apps o socios, analizó el medio Startups. Allí también compitió con otras empresas digitales, desde el supermercado digital mexicano Justo, hasta plataformas integradoras como la colombiana Rappi.
Antes de la serie C de los US$50 millones, no todo había resultado bien para la startup: en junio, apenas 6 meses después de convertirse en unicornio, la startup anunció que finalizaba operaciones en Estados Unidos, donde entregaba en las ciudades de Boston y Nueva York, y se enfocaría en el mercado latinoamericano.
«Hemos decidido descontinuar, por el momento, nuestras operaciones en EE. UU., que recientemente representaba alrededor del 5% de nuestro negocio y con una oportunidad estructurada muy diferente a las otras regiones en las que operamos», dijo la compañía en un comunicado.
Meses más tarde, la startup de comida a domicilio anunciaba la suspensión de actividades en Medellín, Colombia, y Santiago de Chile.
En el caso de la capital chilena, la plataforma operó solo durante 13 meses en el país, ofreciendo productos como alimentos, artículos de aseo y bebestibles con envío rápido, en tan «solo 15 minutos» desde algunas dark stores que estuvieron dispuestas en la ciudad, principalmente en el sector oriente de la capital chilena.
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