Por Javier Urrutia, CEO de coreDevX.
Han pasado 5 años desde que se definió octubre como el mes de la ciberseguridad en Chile, con el fin de concientizar a la población respecto a la promoción de un ambiente digital seguro. Desde ese entonces, el gobierno ha movilizado importantes esfuerzos, como la creación de la Mesa de Ciberseguridad, que convocó a más de 140 especialistas de distintos sectores para analizar el escenario y proponer caminos de mejora; y el recientemente realizado Foro Nacional de Ciberseguridad, que congregó a más de 400 asistentes que reflejan la relevancia que estos asuntos deben tener en la agenda de seguridad nacional. Aún así, lo cierto es que persisten múltiples desafíos.
Según un estudio presentado por Cadem este año, y que midió la opinión de empresas de distinto tamaño y sectores, el 45% cree que en Chile se conoce muy poco sobre ciberseguridad; más del 60% califica con una nota inferior a 5,0 las acciones de su propia compañía en estas materias; sólo el 16% está muy de acuerdo con que el lugar donde trabaja cumple los mejores estándares de ciberseguridad.
¿Qué falta entonces para pasar de la toma de conciencia a la acción?
Lo primero, además de mejores políticas públicas, es mayor inversión. Las compañías deben entender la trascendencia de este ámbito, darle un lugar adecuado en la estrategia organizacional y asignar los recursos necesarios para la implementación de soluciones y capacitación de los colaboradores.
También es muy importante adoptar tecnologías emergentes que estén marcando pauta en naciones con mejores avances y tomen las ventajas de ramas como la inteligencia artificial.
Sólo innovando e invirtiendo podremos evitar ataques cibernéticos que terminen en robos, fraudes o acceso a información confidencial, previniendo de manera efectiva cualquier incidente digital.
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