La inversión en ciencia y tecnología en América Latina y el Caribe volvió a crecer después de varios años de caídas, pero el progreso sigue marcado por profundas asimetrías entre los países de la región.
Así lo muestra El Estado de la Ciencia 2025, el nuevo informe elaborado por la Red Iberoamericana de Indicadores de Ciencia y Tecnología (RICYT), junto con la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y la Unesco, que analiza los avances y desafíos del ecosistema científico regional.
Brasil explica casi dos tercios de la inversión en I+D regional
Según el informe, la característica más destacada de la inversión latinoamericana en investigación y desarrollo (I+D) es su fuerte concentración geográfica.
En 2023, Brasil aportó 62,5% de toda la inversión en I+D de América Latina y el Caribe (ALC), consolidando su papel dominante. Muy por detrás se ubicaron México y Argentina, con aproximadamente 10% cada uno, mientras que Chile y Colombia alcanzaron apenas el 3%.
El resto de los países de la región debió repartirse un 12,5% del total, una señal clara de la brecha estructural que afecta la capacidad científica latinoamericana.
Aunque el PIB regional creció entre 2014 y 2023, la inversión en I+D siguió una trayectoria distinta: cayó de manera persistente desde 2015 y recién comenzó a recuperarse en 2020, pero a un ritmo más lento que la actividad económica general.
En 2023, la inversión en I+D representó apenas el 0,60% del PIB regional, una proporción muy inferior a la de economías desarrolladas. Solo Brasil (1,19%) y Uruguay (0,71%) superaron el promedio latinoamericano.
Además, la participación de ALC en el total mundial de inversión en I+D fue de 4,4%, un porcentaje levemente mayor que en 2014, pero aún reducido frente al peso demográfico y económico del bloque.
El informe también destaca que el sector gobierno continúa siendo la principal fuente de financiamiento, aportando cerca de la mitad de los recursos en la mayoría de los países latinoamericanos.
Un sistema científico impulsado por las universidades
En el frente de recursos humanos, El Estado de la Ciencia 2025 muestra un crecimiento sostenido: el número total de investigadores en la región aumentó 45% en la última década. Sin embargo, persiste una gran heterogeneidad cuando se mide la cantidad de investigadores por cada mil personas económicamente activas (PEA).
Las universidades concentran el 74,2% de los investigadores, lo que refuerza el rol predominante del sistema académico en la generación de conocimiento, frente a un sector privado que aún no adquiere el peso que tiene en economías más avanzadas.
En términos de género, la región presenta contrastes marcados. Argentina, Uruguay, Paraguay y Venezuela cuentan con más del 50% de mujeres investigadoras, superando el promedio regional de 46%. En cambio, Perú y Chile muestran una participación femenina claramente minoritaria.
Crecen las publicaciones, pero las patentes siguen estancadas
Los indicadores de producto también ilustran una región en desarrollo científico, pero con desafíos persistentes.
La producción de publicaciones indexadas en Scopus creció en casi todos los países entre 2014 y 2023. Aunque parten de bases más pequeñas, Perú y Ecuador registraron los mayores aumentos relativos.
El panorama es distinto en el terreno de la propiedad intelectual. Las solicitudes de patentes bajo el Tratado de Cooperación en Materia de Patentes (PCT) se mantienen bajas y concentradas.
A nivel iberoamericano, el total cayó de 3152 solicitudes en 2014 a 2908 en 2023.
Según el informe:
- España lidera ampliamente, con un incremento de 1552 a 1771 solicitudes.
- Brasil se ubica segundo, pasando de 554 a 665.
- Portugal, Chile, México y Colombia conforman un grupo intermedio, con cifras entre 132 y 260 solicitudes anuales.
- El resto de los países sigue con volúmenes muy bajos, en general por debajo de 50 solicitudes por año.
Un avance moderado, pero desigual
Los datos del informe de la RICYT-OEI-Unesco muestran que, si bien la región ha logrado sostener el crecimiento de su comunidad científica y recupera paulatinamente la inversión tras años difíciles, continúa rezagada frente a economías más competitivas y mantiene una estructura altamente asimétrica.
Brasil concentra la mayor parte de la inversión, las universidades sostienen casi toda la producción científica y el sector privado sigue sin tener un rol decisivo.
El desafío para la próxima década, señala el informe, será reducir brechas, diversificar la inversión y fortalecer la innovación, áreas clave para acelerar el desarrollo sostenible en América Latina.
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